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miércoles, 30 de noviembre de 2011

Mi país de las maravillas


Acabo de dar uno de los paseos más bonitos de mi vida. Ha sido en un tractor, bajo un cielo estrellado y una luna sonriente como la del gato de Alicia. El tractor surcó por un bosque encantado, lleno de pendientes y ramas entrelazadas. El ruido del motor impedía una conversación con mi conductor, lo que me permitió dejarme llevar en silencio, sentir la brisa en la cara y disfrutar de un cielo de ensueño. Durante el viaje he pensado en muchas cosas y en nada al mismo tiempo. He sentido que mi vida era ese momento justo, sin pasado ni futuro, un presente continuo en el que mi vida se reducía a lo que sentía a cada instante que respiraba. Es el aquí y el ahora. Tu vida es esta que pasa mientras me lees. 


Mi país de las maravillas es mi vida, la que corre ajena al tic tac del reloj del conejo blanco. No importa lo que haga o lo que ocurra, ella siempre continúa. Y yo, a cada tic tac de mi respiración, espero estar inhalando toda la vida posible.

Allá donde estés, te reto a detener el tiempo frente a un atardecer o un cielo estrellado. No hay nada como la inmensidad del cielo para sentirnos pequeños y a la vez más vivos que nunca.

Disfruta de tu país de las maravillas.

Un beso,

Marta

domingo, 11 de septiembre de 2011

Mensaje del futuro: usa protector solar*

Hoy no voy a escribir sobre peces, ni calamares, ni estrellas de mar. Hoy quiero dedicarle unas líneas a un animal que nos confunde, que a veces no terminamos de entender muy bien y que en ocasiones nos desespera. Es un animal al que también amamos y admiramos. Un animal que a veces olvidamos que es animal, cuando serlo es probablemente una de sus más bellas esencias.

Pues sí, ese animal lo eres tú y también lo soy yo.

Hace unas semanas una amiga me enseñó un vídeo y tuve la sensación de estar recibiendo un mensaje enviado desde el futuro para alertarme de mi presente. Es un mensaje que, corregirme si me equivoco, de alguna u otra manera lo hemos escuchado, leído o intuido en más de una ocasión. Es un mensaje que me atrevería a decir, crece en nuestro interior a medida que nos hacemos mayores y que lo más difícil no es escucharlo sino entenderlo. A lo largo de mi vida me he encontrado con personas que tienen este mensaje grabado en distintas intensidades dentro de sí. He conocido a personas que ignoran su verdad y a personas que ahí donde van dejan la estela del mensaje tras de sí. No hablo de dinero, ni de material, hablo de lo intangible, de conceptos, de sueños, de perspectiva... hablo de una forma de vida, que no tiene sino la forma que tú le quieras dar. 

Lo más importante de este mensaje es muy fácil: que no lo entendamos demasiado tarde. 

Un Beso,
Marti

* Si recibes el post por correo electrónico puede que necesites ir a la entrada original para poder visualizar el video. Para ello haz click aquí

sábado, 16 de julio de 2011

De vocación socióloga, de profesión bióloga.

Debo hacer una confesión aquí y ahora. Desde el primer día en que puse un pie en la universidad de biología tuve la sensación de estar entrando en terreno enemigo. Sentí como si mi decisión fuese una traición hacia mis años entre las sociales, a mis compañeras y compañeros quienes tanto se esfuerzan por hacerse oír entre el aplastante poder de lo científico hoy en día.

Me explico. 

Durante los años que estudié sociología y mucho después de licenciada he participado en alegres y - no tan alegres - acaloradas discusiones en las cuales siempre se definían dos claros bandos: los de ciencias puras y los de ciencias sociales (aprovecho para apuntar aquí que nunca me ha gustado calificar lo social como científico, pero bueno, eso es una discusión que podemos dejar para una acalorada discusión de sobremesa). Cuando hice pública mi decisión de estudiar biología marina sentí una especie de regocijo entre mis amigos los de ciencias puras "Por fin uno de vosotros recapacita", se recochineaba un colega con gracia. Otro amigo me escribió: "ya no tendremos más esas discusiones de sociólogos contra científicos" ("¿no?, ¡qué pena!" - pienso yo). Como si por estudiar biología me fuera a dar cuenta de lo equivocados que están los sociólogos, lo acertados que son los científicos y finalmente me fuera por el buen camino, el de las ciencias puras. Me hace gracia esto. Por supuesto, mi visión frente a las cosas cambiará, pero ahora me doy cuenta de que es bastante difícil quitarse de encima siete años de sociología. O imposible.

Y qué bien.

Me encantan las "ciencias" sociales. Me encanta la perspectiva que las clases, mis compañeras, los textos, autores, asambleas, manifestaciones, las pellas en los pasillos discutiendo sobre la LOU, la tortura policial, la discriminación sexual... mi investigación en Brasil sobre turismo sexual... Todos los pequeños y grandes momentos que durante siete años me regalaron las "ciencias" sociales y me hicieron la persona que soy, una viajera empedernida, loca por descubrir otros lugares, culturas, sociedades, gentes... y que me hicieron aterrizar en Australia. Porque muy en parte, si no es por la sociología no voy a Brasil y si no es por Brasil tal vez no habría acabado en Seychelles, y si no es por Seychelles no estaría estudiando biología marina frente a la Gran Barrera de Coral. Y aunque no recuerdo apenas un 10% de lo que me examiné durante mi licenciatura, mi manera de pensar, mi enfoque cuando leo un artículo, paseo por una ciudad o discuto con alguien, está completamente deformada por la sociología. Que así sea.

He sobrevivido a mi primer año de ciencias. He tenido que estudiar química y biología, asignaturas que en el instituto me fastidiaron los veranos porque no les veía maldita la gracia. Sinceramente. Siempre me definí como una persona de humanidades, o al menos, como una persona "no de ciencias". Pero he sobrevivido y debo reconocer que lo estoy disfrutando (bueno, pero ya no más química ¿vale?) Lo que más me gusta de mi carrera son las excursiones, claro. En sociología eso no lo teníamos. Bueno, miento, una vez el de sociología urbana nos paseó por todo Madrid en un autobús y me encantó. Pero al profesor de 'sociología de la desviación' no se le ocurrió llevarnos a la calle Montera, por ejemplo. El caso es que las excursiones y las bromas entre biólogos me son nuevas y me encantan.

Con un pie en segundo tengo clarísimo que me quedo con las dos.

Desde mi mente sociológica me doy cuenta de que ser biólogo incluye:
 
Disfrutar del aire libre.
Escuchar y aprender de los que saben.

 Buscar cosas que se muevan.


 Mirar cosas minúsculas.


Mirar una rama que se cruza en tu camino.



Mirar tubos con bichitos. 

 Mirar. Lo que sea.


 Esto de ser bióloga es, básicamente, disfrutar de la vida y aprender de ella. 
Igual que ser socióloga.

Definitivamente me quedo con las dos.

Un beso,

Martita

miércoles, 20 de abril de 2011

29 PRIMAVERAS


El domingo pasado fue mi cumple cumpleaños. Con la edad noto como que me vuelvo más seria y formal. Ya no digo "cumple", me tomo la vida en serio y mi sentido del humor es sabio, nada de tonterías mundanas.

El caso es que la semana pasada mi mayor preocupación pasó a ser 'qué hacer por mi cumple cumpleaños'. Bueno, para poneros en situación, normalmente en dicho día me vuelvo caprichosa e insoportable y todo el mundo tiene que hacer lo que yo diga. Bueno, tampoco es así... solo un poco. El caso es que decidí que lo que quería era irme de camping, me quería despertar en una tienda de campaña en mitad del bosque. Mis nuevas amigas, que me van queriendo poco a poco, hicieron mi deseo realidad y me llevaron a Aligator's Creek. Como me costó un poco decidirme, el día antes tuve que correr a la versión mala de Decathlon que tenemos en Townsville y me compré un saco de dormir en tiempo record.



Esto es lo que me encontré cuando lo abrí. Ya en el camping. No importa, a mi el camping no me lo arruina un saco de mierda de nada.

Pero bueno, lo que yo quería compartir aquí es lo bonito que fue mi día. Como os decía, el lugar escogido fue Aligator's Creek y para mi desilusión el aligator (léase aligeitor) resulta que no existe. La cosa es que hay una roca con forma de aligator.

O eso dicen. Yo vi la roca. Con forma de roca.

 
Volviendo a mi fantástico día, mis compis y yo paseamos por el bosque como si fuéramos hadas, saltando de flor en flor, mirando aquí y allá, sacando fotos de todo lo que se movía y de lo que no. Disfruté de lo maravilloso que es el campo y recordé lo mucho que me gustan los bichitos aunque vivan fuera del agua.

Vimos libélulas tamaño F-18. Las vimos rojas...


...y a rayas.



Vimos insectos palo más grandes que mi pie 
(mi pie es demasiado grande según mi hermano mayor)
¿Lo veis?


Y abejas con forma de araña. No, al revés. Arañas con forma de abeja ¿? ...


También vimos cucaburras, que son unos pájaros preciosos
con un nombre muy feo. Le hice tantas fotos...


... que al final me tuvo que mirar. Qué bonito es. No podéis imaginar la de pájaros que hay en Australia.
Son tan hermosos que parecen estar compitiendo unos contra otros en un concurso de belleza.
Un día debería hacer un especial pájaros Australianos.

Y bueno, así fue mi día. Rodeada de animalitos :) Me acompañaban ahí donde fuera y se me posaban sobre las manos y la cabeza mientras cantabamos juntos gorgoritos. Como la misma bella durmiente. Pero despierta. ¿He dicho que cumplí 29? Eran 9, perdón.

Por ser mi cumple cumpleaños me tuve que meter en el agua, claro. La temperatura del río debía rondar los -40º según mi sensibilidad corporal. Pero yo igual me metí con máscara y aletas. Todo era marrón y confuso, pero a mi me encantó. Pensé en lo genial que era el río. Para qué ir hasta la Gran Barrera de Coral pudiendo bucear en el río. Había tortugas y todo. De verdad.

Luego me sequé sobre una roca cual lagarto. Fue lo mejor.


¡Y eso es todo amigos! :) Me deseo feliz cumpleaños de parte de todos y me despido con un video que me pasó mi querido cuñado por la pasión que tengo hacia las estrategias de cortejo de algunos pájaros. Lo veo de vez en cuando porque me hace reír a carcajadas... y lo comparto con vosotros esperando que os alegre lo poquito que queda de semana laboral :)

¡FELIZ NO CUMPLEAÑOS!

A los que habéis llegado hasta aquí os cuento un secreto... lo que sustituye mis buceos durante los semestres de Uni. Me moría de ganas por compartirlo así que AQUÍ ESTÁ :)

Un beso,

Martita

martes, 8 de marzo de 2011

MI PADRE TIENE UN BARCO


A mi papá le regalaron un barco. Venía en una caja de cartón escrita con letras desteñidas y esquinas carcomidas. Además del barco, la cajita incluía unos planos polvorientos y amarillos que casi se deshicieron en sus manos como si de un mapa del tesoro se tratase. Cuando mi padre desplegó todo el contenido de la caja descubrió que al barco le faltaban muchas piezas. A pesar de eso, se enamoró de él y desde entonces pasó meses en su pequeño taller, sacando horas aquí y allá para trabajar en un barco que parecía tener historia propia aún antes de estar montado.




Visité a mi padre muchas veces en su taller cuando estuve en Madrid. Cubrió todas las paredes con los planos escaneados y los fue coloreando en el ordenador según la pieza del barco en la que estuviera concentrado.

Creó piezas que faltaban de la nada, clavó bisagras del tamaño de una lenteja, moldeó maderas con la paciencia de un santo, cosió velas y anudó cabos infinitos sin pestañear.

Mi padre navegó durante meses el URCA de Brandenburgo en su pequeño taller y hace pocos días me llamó para informarme de que tras su largo viaje, finalmente había llegado a puerto.

En contra de lo que cualquiera podría pensar, las palabras de mi padre estaban envueltas de cierta pena.  Su voz reflejaba nostalgia hacia las tardes de barco en el taller, en las que viajaba a lugares lejanos en los que tan sólo el barco y él han estado alguna vez.


Si alguna vez os habéis preguntado de dónde viene mi amor por el mar, ahora ya sabéis por qué.
Mi papá es ingeniero.... y marinero.


Este post se lo dedico a él

¡Un beso grande!

marti

martes, 15 de febrero de 2011

aGuA PaRa GrAnDeS y PeQuEñOs - prohibido aburrirse


Lo peor que te puede pasar es que llegadas unas vacaciones te aburras. Qué horror. Y como dice mi madre "cuando te aburres eres un peligro" ¿Será? ¿Tendría esta misma cara cuando decidí irme a vivir a Brasil? ¿y cuando le propuse comprar una furgoneta a mi amiga Ainho...?  Mi madre, que es muy sabia, continúa su discurso sobre el aburrimiento con otra frase: "El aburrimiento se lleva dentro". Lo que viene a decir que la culpa de estar aburrida es mía. Qué horror. Cómo puedo generar algo tan feo, tan desagradable, molesto, fastidioso, latoso, tedioso, enojoso... (paro ahí, es que como me aburría me puse a buscar sinónimos en el diccionario) El caso, que llevo cuatro días en casa y estoy empezando a aburrirme como un hongo. Sí, lo sé, es mi culpa.  Tuve la brillante idea de que como no empiezo las clases hasta el lunes que viene pues podría vaguear un poco esta semana.  Sonaba bien así cuando lo pensé. Qué horror. Hacer el vago aburre, quién lo iba a decir. Pensé que sería entretenido hacer el vago... Una licenciatura para luego escribir "entretenido" y "vago" en una misma frase, y ya que me pongo, una licenciatura para luego escribir microondas con h intercalada (que mi amigo Jesús - que es ingeniero y no sociólogo como yo - ya me regañó en un correo y lo tuve que cambiar, claro)

Total, que lo máximo que he hecho desde que volví del barco es ir a The Strand. Entonces, tirada en mi sofá se me ha aparecido importantísimo dedicarle unas líneas a los parque-playa-paseo australianos. Son la bomba. Son el mejor invento del mundo y encima GRATIS. No sé si os acordáis de lo que significa la palabra gratis, según la Real Academia Española significa 'de balde'. Vamos, por la cara.



The Strand es un paseo junto a la playa que incluye cesped, barbacoas, mesas, bancos, fuentes y un parque acuático con un cubo gigante que vuelca cientos de litros de agua sobre tu cabeza cada dos minutos. Además de unos socorristas que están muy unos socorristas que son muy majos.


Cómo puedo tener el valor de aburrirme con algo así.

Encima, no os creáis que es algo único y excepcional de Townsville. En Cairns existe lo que llaman Esplanade, que además de una piscina frente a la playa, césped y barbacoas, incluye espectáculos y actividades de todo tipo para grandes, pequeños y medianos. Otra bomba. Aunque no tiene el cubo gigante tiene socorristas muy majos también.


Gratis.


Así que prometo, prometo, que mañana me enfundo un bikini y me pongo debajo del cubo. Me compro un helado en Juliettes y pienso en lo poco que me voy a aburrir en cuanto empiecen las clases.

Palabrita.

Un beso acuático,
martita

domingo, 13 de febrero de 2011

PENSAMIENTOS PASADOS POR AGUA

Lo que más echo de menos de vivir en el barco son las noches. 


Mi cama estaba situada debajo del nivel del mar, sentía el mecer de las olas y me dormía con el sonido del agua del mar. Caía en sueño profundo mientras pensaba en el cielo  estrellado que me cubría y en el inmenso océano que me rodeaba. El mejor somnífero de mi vida. De vuelta a casa, me duermo soñando que estoy ahí, en mitad del océano.


Bucear la Gran Barrera de Coral tras Yasi fue duro. El arrecife está dañado, con montañas de coral quebrado y cicatrices de grandes derrumbamientos. Es difícil imaginar lo que pasó allí abajo y casi mágico ver cómo los pececitos y demás seres marinos se recuperan invencibles de algo tan poderoso. No tengo ninguna duda de que la Gran Barrera se recuperará rápido. Más que nosotros aquí arriba, más que aquellos que han perdido sus hogares, más que aquellos que han perdido todo lo que tenían.


 Bucear la Gran Barrera me hace sentir agradablemente pequeñita. Es fuerte, bella e inexplicable.


Y ahora, las vacaciones de verano en este hemisferio llegan a su fin. Recojo mis cachivaches de buceo y en pocos días regreso a los libros, las clases y los exámenes.


Buenas noches y dulces sueños...

marti

viernes, 4 de febrero de 2011

SOBREVIVIR AL CICLÓN YASI

El jardín de mi casa antes y después del ciclón Yasi

Hace menos de 10 minutos que recuperamos la electricidad en casa. En ese justo momento Stephie y yo nos disponíamos a salir por la puerta a la aventura de buscar un camping gas y unas velas después de 37 horas sin luz y una cena a la luz de cuatro velas de cumpleaños que duraron exactamente cuatro minutos. Y digo a la aventura porque encontrar una tienda abierta puede resultar cosa complicada, pero encontrar velas o un camping gas ni os cuento... El día antes del ciclón ya no quedaba nada en las tiendas. Ni agua, ni pan, ni radios, ni nada de nada. Y justo en el momento en que nos estamos poniendo las mochilas se oye un 'pirurí' que me recuerda a un sonido al que le tengo algo de manía pero no sé porqué como que me deja pensativa... era el aire acondicionado. De repente Stephie y yo vemos que la nevera se enciende y el microondas muestra un numerito en su pantalla. Nos miramos la una a la otra con los ojos desorbitados y a partir de ahí.... no debería contar detalles, pero la escena incluye gritos histéricos y piruetas en el sofá.

Pero retomemos a la noche del ciclón, que es lo suyo. Como ya os conté, Stephie y yo nos fuimos a pasar la noche en una residencia en el campus universitario. A las 15.30h se dio el toque de queda y no se debía salir a la calle. Cerramos puertas, ventanas... y a esperar. Fuimos de los últimos en perder luz, que fue a las 22.15h. Las luces de emergencia quedaron encendidas y a través de las ventanas podíamos ver cómo el viento soplaba fuerte, como a ráfagas. Soplaba y se paraba. Soplaba y paraba. Sobre las 23.30h el viento empezó a tomar carrerilla, algunas ramas empezaban a caer y el suelo se cubría de hojas que volaban suavemente de un lado a otro. Lo curioso en este punto era lo difícil que nos resultaba visualizar lo que nos venía encima "Yo me esperaba algo más fuerte" decía alguno.  Pero estaba claro que eso era sólo el principio... Sobre media noche sacamos todos los colchones de los cuartos y los pusimos a lo largo del pasillo. Cerramos todas las puertas y pusimos algunos de ellos contra las puertas por si alguna ventana se rompía y resultaba en un efecto ventosa. El resto de colchones los extendimos por el suelo para dormir. A la 1.30 de la madrugada me debí quedar dormida. A las 2.30 me desperté a causa del ruido. Fue en ese preciso momento en el que empecé a sentir miedo. El ruido era ensordecedor, las luces de emergencia se habían apagado y se oían de fondo dos alarmas de incendios que habían saltado en los edificios de al lado. Cerraba los ojos y me resultaba difícil imaginar lo que estaba ocurriendo fuera... tenía la sensación de que el edificio iba a arrancarse del suelo como le ocurre a Dorothy en el Mago de Oz. Lo que me causaba más miedo era el desconocimiento, me preguntaba si ese era el momento más fuerte o si empeoraría... lo que me ponía los pelos de punta. No saber cuánto duraría era una sensación terrible. No paraba de pensar 'que pase ya, que pase ya' y soñaba despierta con regresar a mi casa, ver que estaba bien y que esto pasaría como una historia que le contaría a  mis nietos junto a una chimenea. Temía que alguna ventana se rompiera y me preparaba mentalmente por si ocurría. Fue poco más de una hora lo que aguanté hasta que pude conciliar el sueño de nuevo, una de las horas más largas de mi vida. Conseguí volver a dormirme, desconozco si la causa fue que el ruido disminuyó o si fue mi mente la que se agotó de tanto dar vueltas y vueltas... como si el mismo ciclón estuviera girando dentro de mi. Conseguí dormir y no desperté hasta las 8.30h. Bajo el efecto de una pastilla.


junto a mi casa
la puerta de mi casa













Por la mañana el viento soplaba fuerte y desde la ventana de la residencia se veían un par de arboles caídos y poco más, lo que me sorprendía enormemente. Salí a dar una vuelta a las 9h y empecé a ver los destrozos de alrededor. Arboles caídos uno detrás de otro como piezas de dominó. Nos avisaron de que podía venir otra tormenta y nos metimos en el edificio otra vez. Después de cinco horas, ninguna tormenta asomaba y Stephie y yo sólo queríamos regresar a casa. Tras mucho meditar nos cargamos con la mochila y comida, nos cubrimos con un poncho de agua y pusimos rumbo a casa... Nos quedaba más de media hora de camino a casa sin tener ni idea de lo que nos esperaba por el camino y menos todavía cuando llegaramos a casa. A los 100 metros un coche paró y nos ofreció llevarnos. Gracias, gracias, gracias... menos mal, menos mal, menos mal. Al llegar a nuestro barrio no nos lo podíamos creer. Los árboles cruzaban las calles, árboles de más de cincuenta años completamente rendidos ante Yasi. Al girar la esquina de nuestra casa vimos que el gran árbol de nuestro jardín estaba derrotado... sobre la carretera. Por gracia del destino los árboles cayeron sobre las calles, en lugar de sobre las casas. Detrás de la montaña de árboles a las puertas de nuestra casa conseguimos ver el techo intacto de nuestro hogar. Estaba entera. Nuestra pequeña casita sobrevivió al Yasi y esta historia queda ahora bien guardada entre  mis recuerdos con la esperanza de algún día poder contárselo a mis nietos junto a una chimenea :)


♥ Gracias y mil gracias de corazón por los mensajes, 
besos y cariños que recibí antes, durante y después de Yasi 

Un beso fuerte,

martita



miércoles, 2 de febrero de 2011

ESPECIAL CICLÓN YASI. A 8 horas de su llegada.


El ciclón Yasi está previsto como el ciclón más grande de la historia de Australia. Se acerca al estado de Queensland lentamente, lo que ha hecho que en los últimos dos días haya alcanzado su punto máximo y llegará a la costa australiana como un ciclón de nivel 5. El nivel 6 no existe. 


Así es como se ve el ciclón desde lo más alto del cielo, con un ojo bien definido y de más de 500km de ancho. Los vientos alcanzarán los 300km/h y puede tardar en cruzar entre 12 y 36 horas.

 

Este gráfico muestra la ruta prevista hace un par de horas. Yo estoy en Townsville. Sí, ahí justo.


Si os acordáis, yo estaba en un estupendo barco en mitad de la Gran Barrera. Los cinco miembros del equipo de investigación y yo tuvimos que abandonar el barco en Cairns y coger un vuelo a Townsville en menos de 24h. El capitán ha puesto rumbo al interior, hacia los manglares, con el resto de barcos. El puerto de Cairns está completamente vacío ya que no tienen permitido quedarse ahí.  A todos los valientes capitanes que están en sus barcos a la espera de que todo esto pase les deseo la mejor suerte del mundo... desde lo más profundo de mi corazón.

Stephie sonríe a nuestra llegada en la residencia.
Llegué ayer tarde a mi casa (a la que nos mudamos hace menos de un mes) donde Stephie, mi compañera, me esperaba impaciente. Después de mucho meditar decidimos que nuestra casa no es lo suficientemente segura y nos vinimos a la residencia universitaria donde pasamos nuestros primeros seis meses. Casualmente la universidad es un punto de acogida oficial así que estamos seguras y a salvo... Nos recibieron con los brazos abiertos y yo no hago más que sonreír desde  que pisé este edificio de ladrillos que tiene un techo firme que me encanta.



Siempre me he preguntado qué cosas me llevaría si me encontrara en una situación como esta. Fue fácil: mi ordenador y la cámara de fotos. Lo demás puede volar por los aires. Bueno... también metí mi tortuga de peluche. Hemos tenido menos de 3h para recoger la casa 'lo mejor posible' y hacer una mochila con reservas de comida y agua.  Básicamente hemos embutido libros y demás en nuestras maletas y las hemos puesto en lo alto de una mesa por si se inunda la casa. Aunque tenemos la suerte de vivir lejos de la playa (algo bueno tenía que tener...) y las probabilidades de inundación en nuestro barrio son menores. Mi miedo es que se rompan las ventanas y vuele todo por los aires así que por si acaso he metido las sartenes en la nevera.

Cerramos ventanas, puertas, apagamos los plomos y salimos por patas.

Stephie y yo somos dos europeas ignorantes. No tenemos la menor idea de lo que son vientos de más de 280km por hora ni tormentas con lluvias torrenciales de 50mm de agua/hora. Es gigante, muy grande, es lo único que se nos ocurre. En la tele los periodistas lo describen como 'monstruoso'. De hecho, ni siquiera los locales están seguros de lo que se avecina. Es un ciclón que hará historia.


Pero que no cunda el pánico. Stephie y yo estamos a salvo bajo este techo :)

Quedan 8 horas para que Yasi toque la costa y esta reportera dicharachera promete informar todo lo que pueda. La luz se irá en algún momento, pero en cuanto vuelva espero estar aquí de vuelta con buenas noticias.

Crucemos los dedos por Queensland en un día como hoy
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